Iñaki Urdangarin, el exduque de Palma, ya comienza a disfrutar de la libertad condicional y ofreció una entrevista al periodista Juanma Castaño, donde confesó, entre otras cosas, cómo logró llevar los años que pasó en prisión, de su regreso al mundo deportivo y de sus hijos, en especial de Pablo, quien sigue con firmeza sus pasos en el deporte.
‘El partidazo’ de Cope fue el espacio que eligió el futuro exesposo de la infanta Cristina para hablar de varios temas relacionados a su vida, aunque el más esperado por todos, el de Ainhoa Armentia, no salió a flote.

Declaraciones de Iñaki Urdangarin a Juanma Castaño
El excuñado del rey Felipe tocó el tema de su pasado pero se enfocó más en su futuro y fue inevitable que tocara el tema del tiempo que pasó en la cárcel, tras recibir la condena de 5 años y 10 meses por el caso de Nóos. Al menos más de dos años los pasó en la cárcel de Brieva (Ávila).
Confesó que lo más duro del encierro es la soledad, su experiencia fue «muy dura por las circunstancias que viví en soledad». Contó que logró sobrellevar los días gracias al deporte y a la lectura, dijo que leyó unos 168 libros.
«El deporte me mantuvo de alguna manera bien, me permitía tener una buena rutina de vida», agregó y luego se dedicó a hablar de sus planes.
«Yo quiero mirar hacia delante y en este sentido volver al deporte y a la gestión sería uno de mis objetivos. Siempre me he encontrado muy bien en el mundo de deporte. El balonmano ha sido mi segunda familia. Si no es en el deporte, como también he estado vinculado a la empresa, gestión de la empresa», precisó.

El exduque de Palma quiere cerrar ese episodio en su vida y superar el pasado.
«La verdad es que prefiero que sea una etapa que se haya quedado atrás. No me gustaría destapar asuntos de mi pasado en un programa deportivo. Es una etapa de mi vida que he cerrado con un comportamiento muy bueno. He tenido la libertad condicional en un tiempo extraordinario por buen comportamiento. Lo quiero dejar en el pasado».
Sobre su hijo Pablo no escatimó en elogios, ya que el joven espera ser un gran deportista como su padre.
«Me siento muy orgulloso de lo que está haciendo, su etapa de formación no ha sido fácil. Hemos vivido en países que no había mucho balonmano, que era lo que le gustaba. Ha sido duro porque ha tenido que ir a campamentos para refrescar la técnica. Su competición este año ha sido muy buena para lo poco que ha competido antes. Me encuentro muy orgulloso de lo que está consiguiendo, independientemente de donde vaya a llegar».
De momento, Iñaki tiene muchos planes para la nueva etapa de su vida, está en prácticas para conseguir el título de entrenador de balonmano y espera volver al mundo del deporte o a la gestión de empresas como él mismo confesó a la par de reinventarse para «volver a arrancar».
«La ilusión que tengo es la de volver a reinventarme, volver a arrancar. Soy una persona medianamente joven y ahora hay que coger el rumbo de nuestra nave. Solo se puede mirar hacia delante, viviendo el día a día y voy a intentar hacerlo mejor cada día», puntualizó.