Proteger a su familia es su prioridad, por eso la reina Isabel II tomó la decisión más difícil: canceló la celebración navideña en Sandringham, esta decisión la toma tras un duro año marcado por la muerte de su querido esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo.
El rápido avance de la variante ómicron obligó a Su Majestad a anunciar que por segundo año pasará las fiestas en el Castillo de Windsor, esta no es la única modificación que la familia real le hizo a su Navidad, hace unos días también habían comunicado que se cancelaba el almuerzo familiar previo a las fiestas que suele celebrarse en el palacio de Buckingham.
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Navidades de la reina Isabel Sandringham
Acostumbrada a pasar la Navidad en la finca de Norfolk, en Sandringham, la abuela del príncipe William ahora volverá a estar confinada en Windsor, el mismo lugar donde el año pasado festejó las fechas en compañía de su esposo, algo que sin duda este año echará de menos tras la muerte de su marido el pasado 9 de abril.
Se trata de una decisión personal tomada tras “mucho meditarlo” y que refleja el actual “enfoque cauteloso” de la familia real británica, señaló una fuente cercana a la familia real a la revista People.